La semana pasada decidí ser feliz, plena, porque siempre me invadia el miedo, la inseguridad, y la verguenza, y la necesidad de dar explicaciones a la gente, sin oblicagión, pero hoy he decidido ser yo misma, dar lo mejor de mí, y así recibiré lo mejor de quien me la merezca.
Hoy soy feliz, simplemente porque lo he decidido serlo, e intentaré que así lo sea, porque de lo peor sacaré lo mejor y lo más pequeño haré que sea enorme, disfrutaré de cada momento que viva, o por lo menos intentaré, que no me invada otra vez la inseguridad y la negatividad.
Esta semana empecé a cuidar un niño, es inquieto, alegre, simpático y cariñoso, todo lo que desean unos padres, me ayuda a reír y a distraerme, y espero que algun día cercano mi propio hijo me de la misma fuerza para seguir con mi felicidad.
Hasta mañana.
